Mas de 100 vehículos resultaron afectados por la ultima tormenta de granizo que afectó a la ciudad de Ameghino el pasado mes de Mayo.
Una empresa especializada en reparación de abolladuras sin pintura trabaja con una técnica tan precisa como artesanal.
La reciente tormenta de granizo que azotó la ciudad de Ameghino, no sólo dejó viviendas y arboles afectados, también golpeó techos, capós y baúles de mas de un centenar de vehículos. Un oficio silencioso, casi imperceptible para muchos, se volvió protagonista: el de los “sacabollos”
La empresa “Leiton Sacabollos” de Gral Villegas, ubicada por estos días sobre Ruta Nacional 188 en las instalaciones que posee la empresa “T.R Sinfines” recibe una gran cantidad de vehículos derivados por compañías de seguros.
“En los días sucesivos al fenómeno climático contabilizamos mas de 100 vehículos afectados, en su gran mayoría de la compañía “La Segunda” con daños desde leves hasta severos» -cuenta Luciano Canavece uno de los responsables de la empresa-
El trabajo que realizan no es sólo técnico sino casi artístico. Se trata de una técnica llamada reparación de abolladuras sin pintura, esta metodología permite devolverle al vehículo su forma original sin necesidad de repintar ni utilizar masilla, conservando así la pintura de fábrica .
«El secreto está en saber dónde y cómo aplicar la presión exacta desde el reverso de la chapa. Es un trabajo completamente manual que incluye herramientas sencillas requiriendo precisión milimétrica, paciencia y experiencia» – explica Canavece mientras manipula con delicadeza una varilla metálica detrás del techo de un auto alcanzado por el siniestro-
La herramienta presiona la abolladura desde adentro, moldeando la superficie hasta dejarla lisa, como si el daño nunca hubiera existido.
“Tenemos convenios con muchas aseguradoras y en este caso nos instalamos en Ameghino después del fenómeno por granizo ocurrido en el mes de Mayo, ademas de atender los vehículos derivados por las compañías también se acercan propietarios de vehículos de forma particular”. – concluye-