Con 300 pesos y un poco de ingenio se pueden criar lombrices, y luego obtener el mejor abono con cero costo

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El principal fin que tiene la lombricultura es la conversión de residuos sólidos orgánicos (vegetales, guanos aviares y bostas de animales de granja como rumiantes y otros herbívoros monogástricos) en un sustrato final llamado humus de lombriz, muy estable y fértil. Se utiliza tanto para horticultura, fruticultura y ornamentales (aunque en estas últimas no tanto ya que la mayoría necesita un suelo más bien ácido y el humus tiene pH neutro).

“La limitante que vemos es la falta de conocimiento pero es fácil de llevar a cabo y agradable una vez que se va el miedo a los ´bichos´”, resume Martín.

Las lombrices que se suelen utilizar, y por la que es famosa la técnica, es la tipo “californiana”, que así se llaman aunque su origen es europeo.

Agrega que la lombricultura “es elemental en lugares donde se generan residuos orgánicos, ya que reducimos la

contaminación que podrían generar y le damos una utilidad fenomenal porque es un abono ideal: es transformación para nuestros residuos, alimento para las plantas y una ayuda económica ya que no se debe incurrir en otros abonos y los vegetales crecen sanos y abundantes. Algo importante para evitar las enfermedades y otras adversidades es que las plantas estén bien nutridas y libres de situaciones estresantes, igual que nosotros”.

Este pequeño animal tiene abundantes virtudes pero también debilidades, como la temperatura que no debe ni ser muy baja ni muy alta (entre 10-35 grados). Por eso en épocas frías el lombricario debe recibir sol (aunque no tolera la luz directa) y en época cálida, sombra. Otra problemática es el pH, es decir, el nivel de acidez: si se le da muchas frutas en descomposición liberan ácidos que son perjudiciales para las lombrices, por eso lo mejor es contar con un medidor y manejarse con un rango de 6-8 de pH.

“Hay que tener en cuenta que las lombrices californianas no consumen directamente los desechos que les brindamos sino que éstos tienen que estar en procesos de descomposición, por lo que se sugiere realizar un compost previo, como los que se recomiendan desde INTA-ProHuerta, para que la materia orgánica se estabilice, pase una primera etapa ácida y muy cálida (hasta 60°C) para luego agregarle las lombrices”, detalla Martín.

La lombricultura cobró una importancia mayor en los últimos 30 años, principalmente el programa Prohuerta y el INTA que pusieron mucho énfasis en el desarrollo de esta actividad por ser un abono de primera calidad y favorecer la biodiversidad en la huerta. Además, es accesible y fácil de adoptar.

“Los recipientes más utilizados son tachos de descarte de pintura de 10-20 litros o cajones de verdura. También, según el volumen generado, se puede hacer algo en tierra”, describe Martín. “Si no se consiguen por intercambio de semillas o plantas las lombrices pueden llegar a ser lo que tenga un costo, pero el núcleo no pasa de los 300 pesos”.

En resumen, para el lombricario pueden usarse varios materiales y lo que hay que tener en cuenta es el manejo: no se pueden agregar únicamente desechos orgánicos domiciliarios en proceso de compostaje sino que se debe intercalar mínimamente (por un tema de temperatura, acidez y acceso al aire porque las lombrices respiran), pasto u hojas secas, viruta, aserrín de madera no curada, algo de tierra negra y, en algunos casos en que se agregue material muy ácido, será necesario tapar con ceniza de madera para balancear ese pH.

“Hay que tener en cuenta que el recipiente, tacho, bidón o lo que se prefiera según la escala debe estar perforado en el fondo para evitar encharcamiento del lixiviado, es un jugo muy concentrado que puede diluirse posteriormente para fertilizar las plantas”, advierte Martín.

“También teniendo en cuenta que las lombrices no toleran la luz, hay que cubrirlo o taparlo, puede ser con una lona, mediasombra o el material que se disponga. Hay que recordar remover en época fría 3-4 veces al mes y en época cálida una vez a la semana mínimo, y luego humedecerlo. El agua no debe ser excesiva ni tampoco debe estar seco. Las lombrices en su óptimo desarrollo duplican su número en 1-2 meses, por lo tanto se puede, además de generar un abono muy bueno, tener un ingreso con la venta de núcleos”.

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